jueves, 10 de diciembre de 2009

ENTREVISTA A UN EXTRATERRESTRE – GEENOM JOSÉ ANTONIO CAMPOY – Parte 6

Capítulo 3

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¿Y cómo se explica la comunicación entre planos, entre vivos y desencarnados? Recuerdo cómo, en cierta ocasión, el Grupo Aztlán me contó que un día, al intentar el contacto contigo, interfirió el canal el supuesto espíritu de un desencarnado y que éste les preguntó qué les había parecido el partido de baloncesto que había tenido lugar hacía poco entre España y China. ¿Es eso posible o fue un mentalismo del grupo?

Existe una banda o tierra de nadie entre los vivos y los no vivos que eventualmente se traspasa y que es, precisamente, el limbo. Es decir, los desencarnados que aún se creen vivos están ahí y, a veces, incordian; aunque si incordian demasiado, aparece la niebla o la oscuridad.

¿Quieres decir que sólo se comunican con este plano los que están en el limbo?

Sólo ellos; y, eventualmente, espíritus evolucionados si tienen que ayudar en algún tema o transmitir algún conocimiento.

Las comunicaciones que se dan en los experimentos de transcomunicación que llevan a cabo investigadores como Ernst Senkowsky o Sinesio Darnell, ¿de qué plano proceden entonces? [1]

Suelen ser fundamentalmente “límbicos”, si bien no es descartable alguna manifestación de espíritus evolucionados, aunque éstos prefieren utilizar la telepatía o la mediumnidad, que no es otra cosa que sintonización a nivel mental y astral, nunca incorporación o posesión.

Y las conversaciones con otros planos que algunos investigadores afirman estar realizando actualmente a través de aparatos de televisión, ¿son auténticas?

Pueden serlo, sí.

¿Y cómo se explica el fenómeno del “psicomanteum” con el que experimenta Raymond Moody en su casa de Choccolocco para comunicar con familiares o amigos fallecidos? ¿Es una vivencia mental o acuden realmente los seres fallecidos?[2]

Es una captación mental, exclusivamente.

Pero, ¿comunica uno realmente con quien cree comunicar?

No conozco el experimento en profundidad, pero es realmente posible; lo que no quiere decir que se haya conseguido en muchos casos. La mayoría de las veces suelen ser manifestaciones psicológicas de los que experimentan, sin que exista tal comunicación. Lo que sí es cierto es que, en estado alterado de conciencia, se puede acceder a la “tierra de nadie” y allí se puede uno encontrar con gente conocida; bien porque estén aún allí, bien porque también vayan a esa “tierra de nadie”.

¿Hay algún impedimento ético o de otro tipo que desaconseje la comunicación con los espíritus de las personas fallecidas?

No se debería hacer porque significa prolongar el tiempo de turbación.

Los grupos espíritas hacen un flaco favor entonces a...

Si no establecen la comunicación adecuada, efectivamente, están haciendo un flaco favor a los desencarnados.

¿Existe “periodo de turbación” para los 4.4 y 4.5 cuando desencarnan?

No suele ocurrir con frecuencia, pero si sucede, dura un suspiro.

¿Cómo es posible, según se desprende de algunas comunicaciones espiritistas, que alguien que ha muerto no se haya dado cuenta de ello?

Piensa que es un sueño, porque ve que está vivo, que oye, ve, piensa y siente igual que antes, pero no le hacen caso. De ahí su turbación, su esquizofrenia; porque, en realidad, se produce una especie de esquizofrenia.

Hablemos del aspecto ético en los seres humanos. Lo que tanto las escuelas espirituales como la propia sabiduría popular opinan del comportamiento negativo del ser humano viene a resumirse en ese refrán que dice que “el que la hace, la paga”, consecuencia de que “se recoge lo que se siembra”. ¿Es eso real? ¿Funciona así el karma?

Absolutamente. Lo que pasa es que hay ocasiones en que se “paga” en el capítulo siguiente, o sea, en la siguiente vida.

¿Y somos responsables también del mal que causamos inconscientemente? Es decir, ¿se genera karma a pesar de la inconsciencia?

En un cierto porcentaje sí, porque deberíamos haber tenido en cuenta más posibilidades o consecuencias de nuestros actos. Normalmente, lo que se llama inconsciencia se puede traducir por egoísmo, egolatría, soberbia, etc. Ahora bien, debéis entender una cosa importante: el karma no es algo que uno contraiga con los demás, sino una deuda que cada uno, cuando actúa incorrectamente, contrae consigo mismo.

¿Hay algún límite a ese respecto? ¿Es lícito, por ejemplo, matar en defensa de la propia vida?

El instinto primario de todo ser vivo le lleva, de forma automática, a conservar la vida; por eso, ante un peligro inmediato, todo su ser se adecua para esa acción de supervivencia; y, consecuentemente, suele repeler cualquier agresión de forma casi automática, de manera inconsciente; y, por tanto, la acción está justificada. Pero ¡ojo!, repito que sólo en niveles de consciencia bajos.

¿Y éticamente no se justifica el hecho de matar a otro cuando no queda más remedio, como por ejemplo si vemos que alguien va a matar a un niño?

Es curioso, pero hay una dicotomía mental en la apreciación de la vida y la muerte en el caso de la pregunta. El concepto que primero se instala en el cerebro es salvar la vida y no se tiene por tanto en cuenta que para ello haya que quitar otra, sobre todo porque el cerebro computa en décimas de segundo quién es la víctima. Es decir, que se piensa fundamentalmente en salvar una vida, no en que se pierde otra. Sirva como ejemplo que hay personas dispuestas a poner en riesgo su propia vida para intentar salvar la de otros, sobre todo si son niños o mujeres, en caso de catástrofes, incendios, caídas al agua, etc.

Pero, en definitiva, prima la vida sobre la muerte y el que está dispuesto a matar debe estar dispuesto a morir. Hay un viejo refrán que lo dice: Quien a hierro mata, a hierro muere. Ahora bien si quitar la vida no es, evidentemente algo positivo, es más negativo no impedir que se quite, sobre todo a inocentes.

Hablando de quitar la vida... ¿Es posible justificar en algún contexto o circunstancia, y desde un punto de vista estrictamente ético, la existencia de los ejércitos?

No. Y si ningún país tuviera ejército, no habría guerras. Ya sé que es de perogrullo, pero es una gran verdad.

Sí, pero porque hay otros países que garantizan su neutralidad.

Bueno, Suiza también tiene ejército, aunque no sea operativo, sino más bien simbólico, y de la misma manera que Costa Rica, tiene garantizada su neutralidad. Y nada impide que eso mismo lo hicieran otros países. ¿Por qué no lo hacen? Pues porque prefieren tener un ejército que les garantice la defensa armada a una neutralidad con temor a ser atacados. Los terrestres sois gente muy belicosa y no os fiáis de los vecinos; porque los ejércitos se hacen para defenderse del vecino. En definitiva, y aunque con vuestra mentalidad sea utópico, insisto: no necesitáis ejércitos.

Quede constancia de que soy partidario de su supresión. De hecho, en mi adolescencia me preguntaba –supongo que como todos– por qué Dios permitía las guerras, buscaba una razón que las pudiera “justificar” y llegué a pensar por un momento que tal vez fueran una forma que tenía la humanidad de avanzar más rápido en momentos especiales dado que en ellas se producen muchas experiencias límite.

Las experiencias que se aprenden en la guerra son muy poco evolutivas. Si partes de la base de que lo primero que se genera es odio hacia los semejantes, si sigues con que el instinto de supervivencia te va a hacer cometer acciones a veces contranatura, que vas a violar los derechos de los demás, que vas a ir por necesidad en contra de tus principios morales y éticos, pues al final de tu vida verás que has aprendido cómo son tus instintos más bajos, pero eso no te va a ayudar a evolucionar más de los que puede hacerlo una catarsis emocional en un momento determinado, como una ruptura afectiva, la muerte de un hijo o algo similar.

¿Y es justificable en algún caso una intervención armada como, por ejemplo, para detener situaciones como las vividas en la antigua Yugoslavia?

La guerra no se justifica en absoluto. Lo que habría que hacer en esos casos es cerrar las fronteras al paso de cualquier arma, no echar más leña al fuego. Un embargo de todo tipo de amas y municiones, así como el de sus fuentes de financiación, colapsa cualquier conflicto bélico.

¿Y qué hacer en casos como el de Ruanda?

En el caso de Ruanda habría que hacer lo mismo que acabo de decir. En cualquier caso, el problema de Ruanda corresponde a los primeros pasos de etnias primitivas que, simplemente, tienen fusiles en lugar de lanzas; pero es un proceso de aprendizaje por dolor en el que los demás seres humanos de la Tierra sólo pueden evitar que pierdan la vida más de los que tendrían que morir si se les evitara el rearme tecnológico. Por sí mismos, sin tecnología, no hubieran muerto tantos; porque es la avaricia de los fabricantes de armas –blancos– la que produce esas masacres.

Eso está claro, pero ¿hay algún país independiente hoy capaz de sustraerse al poder de las multinacionales de armas?

Ninguno, desgraciadamente. Claro que también sabemos que en el Norte se venden menos armas que en el Sur; ¿y por qué? Pues porque el índice de natalidad en el Norte es menos de la mitad que en el Sur. Por eso las grandes mentes pensantes del Norte provocan conflictos: para reducir el potencial peligro de expansión del Tercer Mundo.

En Europa existe un temor latente hacia una posible invasión árabe. Si este temor se convirtiera en algo real, ¿es ético, es lícito defenderse?

Si uno es atacado tiene derecho a defenderse. Lo que pasa es que Europa, o mejor dicho, los europeos, tienen más miedo a la invasión ideológica que a la demográfica. Se rechaza el islamismo más que a la persona árabe. Utópicamente hablando, yo diría que esa interrelación traería como consecuencia la desaparición de la raza blanca en Europa porque es genéticamente más débil.

¿Sugieres que no es conveniente la mezcla del Sur con el Norte?

Primero aclararé que no somos racistas, para que no haya malentendidos; de hecho, la mezcla de razas es un síntoma que denota evolución en una sociedad, no de regresión. Pero, a nivel de supervivencia de la raza, la mezcla demasiado rápida del Norte y del Sur no sería positivo. Conviene recordar, además, que el nivel de evolución del ser humano no lo marca sólo la bondad, sino el desarrollo intelectual armónico.

Pues es cada vez mayor el número de personas del Tercer Mundo que vienen a vivir a Europa. ¿Hay algún peligro en ello?

Si esa inmigración continúa al mismo ritmo, teniendo en cuenta, entre otros factores, el descenso de natalidad de Europa, sí.

Me gustaría adentrarme en el terreno de la salud. Y, en ese sentido, hay algo que no comprendo. Si vuestros conocimientos son tan elevados, ¿por qué no nos ayudáis a curar enfermedades como el cáncer o el sida, por ejemplo?

Porque sería interferir en vuestro desarrollo, tanto individual como social, y eso está prohibido. Tened en cuenta que las enfermedades, el cáncer incluido, no son sino la consecuencia de posicionamientos mentales erróneos, en algunos casos transmisibles por vía genética.

Debéis saber que son el rencor, la envidia, la soberbia o las actitudes despreciativas hacia los demás las que alteran la composición cromosómica y generan células cancerígenas; por eso no intervenimos: porque las causas no son físicas, sino mentales. En cuanto al sida, como ya te dije antes, es el resultado de una experimentación que sólo buscaba beneficios económicos; por eso no podemos intervenir.

Es, en definitiva, la misma razón por la que cada vez que un miembro del Grupo Aztlán caía enfermo, a causa del tabaco, por ejemplo, no interveníamos para evitarlo.

Mira, debéis tener muy presente que el libre albedrío es la piedra angular sobre la que se sustenta la evolución del ser humano, que siempre es individual. Y, en ese sentido, sería conveniente que fuerais más conscientes de la importancia de vuestro comportamiento cotidiano, porque, ¿os habéis parado a pensar en la cantidad de decisiones que tomáis al cabo del día y afectan a los demás? Pues si siguierais el hilo de los efectos desencadenantes que suceden a cada una de esas decisiones, os sorprenderíais de la importancia de ellas y de cómo algunas, finalmente, afectan sobremanera a otros.

Es necesario, pues, que siempre que actuéis procuréis evitar crear malestar en otra persona a fin de que el efecto desencadenante de vuestros actos sea, si no positivo, al menos neutro. Se trata, en suma, de ser conscientes de lo que hacemos en cada momento y tratar de no crear con nuestros actos efectos desencadenantes negativos.

Comprendo. Dime, ¿puedo, en cualquier caso, plantear algunas preguntas genéricas sobre la enfermedad?

Claro.

¿Qué hay de cierto en la moderna concepción de que todas las enfermedades tienen un origen psicosomático, es decir, de que están causadas por problemas psíquicos?

Todas las enfermedades que sufrís son consecuencia de problemas mentales incorrectos, lo que repercute en el cuerpo astral y, posteriormente, se manifiesta en el físico, haciendo realidad el axioma mens sana in corpore sano.

Las alteraciones psíquicas, como la depresión, la apatía, la inflexibilidad, la soberbia la cólera, el egoísmo, la intolerancia o la envidia, entre otras actitudes mentales igualmente frecuentes, producen alteraciones energéticas en los chakras y, consecuentemente, en la capa correspondiente del astral, viéndose afectada la glándula correspondiente y produciendo ésta, a través de las hormonas, determinados elementos químicos que son distribuidos por la corriente sanguínea y desembocaban, sin remedio, en enfermedad. La curación, por tanto, debería ir siempre dirigida al origen, para lo que habría que averiguar el problema que a nivel mental lo ha originado. En cualquier caso, siempre puede ayudarse al organismo actuando, antes que sobre el físico, sobre el astral. Y para ello nada mejor que proceder a recargar energéticamente las distintas capas del cuerpo astral.

Eso me recuerda que en el segundo libro de Los Manuscritos de Geenom se propone un ejercicio para recargarse de energía. En él se explica que, tras juntar los dedos pulgar, índice y medio, uno debe visualizar cómo entra energía blanca a través de plexo solar. Pero, ¿cómo deben permanecer los otros dedos?, ¿cerrados o “al aire”? Y otra cosa: ¿no se pierde energía por los pies al estar sin “tapar” las yemas?

Lo importante es que los tres dedos mencionados estén juntos; los otros da igual, aunque mejor separados. En cuanto a los pies, la descarga de energía es mínima. Los brazos y las manos están situados en una zona donde se mueven muchas energías, es decir, en el tronco; sin embargo las extremidades inferiores son generalmente la conexión con tierra y, por tanto, no suele haber mucha descarga de este tipo de energías.

Distintas escuelas alternativas plantean que una de las maneras más aconsejables de reequilibrar las energías es caminar descalzos siempre que se pueda. ¿Tiene fundamento?

Por supuesto; andar descalzo hace que la “conexión con tierra” sea más directa. Los hombres que andan descalzos se cansan menos porque las energías telúricas son mejor integradas. El aislamiento que suponen los zapatos, de hecho, provoca que las energías telúricas que recibe el cuerpo no se descarguen tan fácilmente y eso provoca trastornos circulatorios en las piernas (varices, edemas, etc.) y problemas en los líquidos corporales.

¿Y sirve igualmente la técnica de abrazarse a un árbol?

Sí, también sirve para efectuar una descarga de energía.

¿Y cuánto tiempo sería necesario andar diariamente o abrazar a un árbol para que sea efectivo?

Con hacerlo tres o cuatro veces al día durante 10 ó 15 minutos cada vez, es más que suficiente; o una sola vez durante al menos una hora.

¿El parquet, el corcho, la moqueta o el azulejo permiten que se realice esa “descarga” o más bien hacen de aislante?

El azulejo sí descarga; el resto, mucho menos.

Pero se dice que la moqueta se carga de energía...

De lo que se carga la moqueta es de electricidad estática; no tiene nada que ver con la telúrica, que es fundamentalmente electromagnética, gravitacional, y, en cierto sentido, también biológica.

Cuando los sanadores transmiten energía, al hacer la imposición de manos, ¿de dónde sale ésta? ¿De las yemas de los dedos o de las palmas?

De ambas. Aunque es cierto que la palma es un acumulador de energías que recibe de un canal muy energetizado, como son las muñecas, que es donde se activa más la energía, y que, al desembocar en la palma, produce una sensación de hormigueo.

¿Y son las dos manos iguales?

No, son distintas. La mano izquierda es yin y la derecha yang.

¿Y hay diferencia en cuanto a hombres y mujeres?

Pues la verdad es que las manos del hombre son más energéticas que las de las mujeres, pero como contrapartida las mujeres tienen más capacidad de transmisión que los hombres, en especial porque éstos se inhiben frecuentemente.

Por cierto, ¿sabías que cada dedo transmite una carga distinta de energía?

No. ¿Cuál es la causa?

Se debe al hecho de que los dedos están unidos a la mente de forma directa. Aunque hay diferencias importantes. Verás, el pulgar está relacionado con el inconsciente; es como una prolongación del cerebelo, su última conquista; por eso, a través del pulgar se transmite energía de alto poder físico. El índice, por su parte, está relacionado con el consciente; es el director el que dirige la energía hacia un punto concreto. El corazón es la carga energética emocional; lleva aparejado el sentimiento; por eso, cuando se transmite energía de forma rutinaria este dedo transmite muy poco, cosa que sucede con los curanderos. En cuanto al anular, está unido al subconsciente; actúa a su aire y transmite energías de alta vibración. El meñique, por último, está relacionado con la glándula pituitaria y emite energía de ida y vuelta; es decir, que lo que hace, además de emitir, es captar el tono vibratorio de la persona que está recibiendo.

Entiendo. Por cierto, siempre me ha llamado la atención el uso popular, especialmente entre los sanadores, de palabras como “energía positiva” o “energía negativa”. Porque, no sé, pero me da la impresión de que eso supone dar carácter de “buena” o “mala” a la energía y no me parece que ello tenga sentido...

La energía, efectivamente, es neutra. Y la cualidad de “positiva” o “negativa” se la da el que la emite, aunque no es menos cierto que el que la recibe puede cambiar esa polaridad.

Bien. Me gustaría hacer algunas preguntas muy puntuales sobre soluciones de urgencia que me han propuesto y para las que los médicos no se ponen de acuerdo. ¿Es posible?

Adelante.

¿Es terapéuticamente correcto regar con abundante agua oxigenada la zona donde se produce una gran hemorragia a causa de una herida abierta o, por le contrario, es un error?

Es una buena medida; pero hay que tener cuidado porque la pérdida de líquidos en la zona es muy fuerte; por tanto, a continuación hay que aplicar suero.

¿Directamente sobre la herida?

Sí.

Me han asegurado que, en los casos de una quemadura en la piel –no con herida abierta, claro– producida por agua o aceite hirviendo, lo mejor que se puede es sumergir inmediatamente la parte afectada en alcohol o, en su defecto, en lejía. ¿Realmente es una medida correcta?

Estás hablando de cauterizantes; hacer lo que sugieres significa que la zona afectada es desecada de forma brusca y, por tanto, los capilares y la irrigación normal de la piel quedan bloqueados. Por consiguiente, es válido. Ahora bien, la zona de la quemadura debe ser reequilibrada de forma rápida, porque, de lo contrario, se necrosaría, la piel perdería pigmentación y las células morirían rápidamente, formándose una zona escamosa.

¿Y cómo podríamos reequilibrarla?

Irrigando la zona con suero. Tened en cuenta que las ampollas son la protección natural de la zona para que las células de la hipodermis sigan vivan y se regeneren posteriormente las de la epidermis. Si cauterizamos la zona, no se produce irrigación y la regeneración celular sería incompleta o defectuosa, produciéndose escamación.

¿Cuánto tiempo debe permanecer sumergida la mano en el alcohol o en la lejía? Y en el caso de que no tuviéramos suero en casa, ¿se puede emplear alguna otra cosa en su lugar?

La mano – o la parte quemada – debe estar sumergida poco tiempo: uno o dos minutos como máximo; y luego meterla en suero o, en su defecto, en agua hervida. Una vez enfriada, claro.

¿Hay algún otro método inmediato para este problema?

Hay un sistema que suele ir bien. Meter la mano (si es la mano) en hielo.

Uno de los problemas de salud más graves de la sociedad occidental desarrollada, a mi juicio, es el sedentarismo y la pésima y excesiva alimentación, lo que, junto a la falta de ejercicio, está ocasionando un desproporcionado número de obesos y personas con exceso de grasa. Tras estudiar buena parte de las dietas existentes, he llegado a la conclusión de que –ejercicio físico aparte – la única forma razonable de adelgazar es suprimir durante una buena temporada, y de forma radical, el alcohol, los dulces y, en general, todos los alimentos con muchos hidratos de carbono, así como los de tipo mixto, esto es, los glúcido-lipídicos. Y, luego, no mezclar nunca los alimentos –hidratos de carbono ligeros y grasas – y comer abundante fibra. Pero este método exige llevarlo a rajatabla y las mezclas no pueden hacerse durante semanas. ¿Es así?

Es aconsejable, en efecto, que no se mezclen a lo largo del mismo día hidratos de carbono y grasas, especialmente las proteínas animales. Pero basta con que los alimentos no se mezclen ese día, dando tiempo a que el organismo los procese.

En ese caso, ¿qué tiempo se tarda en hacer una digestión normal? ¿Ocho horas es tiempo suficiente para poder tomar hidratos de carbono, por ejemplo, si antes se han tomado grasas?

Mejor dejar doce horas entre ambas comidas.

Bien. Quisiera preguntarte ahora sobre uno de los más peculiares sistemas de curación de ciertos chamanes, cuya efectividad está fuera de toda duda pero cuya explicación se me escapa. Me refiero a aquellos que utilizan huevos en sus sanaciones –fecundados, aclaran ellos, no de los que uno compra en el supermercado – mediante el sistema de pasarlos lentamente cerca de todo el cuerpo del enfermo de manera que la causa del mal se “traspase” al huevo. Lo que más me sorprende, por cierto, es que al romperlo tras los pases, muchas veces se encuentra como “cocido” o en estado de descomposición. ¿Cómo se explica? Y ¿por qué con huevos?

Lo del huevo es una anécdota. En realidad es el chamán el que absorbe las energías descompensadas y las “transfiere” luego al huevo; y, en efecto, eso ocurre cuando está fecundado, es decir, equilibrado energéticamente, por la sencilla razón de que sólo se puede desequilibrar lo que está equilibrado.

Pues yo tenía entendido que quien “absorbía” el mal o la enfermedad era el huevo...

No señor. La energía la absorbe el chamán y luego la descarga en el huevo.

Los chamanes del estilo de la extinta Pachita o los cirujanos filipinos, ¿actúan de forma similar? Es decir, ¿sintonizan su energía con la del paciente? ¿Y cómo hacen para introducir sus manos en el cuerpo del enfermo? [3]

Esos cirujanos (los pocos que hay) consiguen armonizarse molecularmente con el paciente de tal manera que su cuerpo etérico vibre al unísono con el del paciente. Pero, ¡ojo!, no todo el cuerpo: sólo las manos se armonizan con la parte del cuerpo a operar. Porque, si no, cabría preguntarse por qué uno mismo, que se supone que está armonizado con su cuerpo etérico, no iba a poder meter la mano en su propio organismo.

Y si la armonización se produce a nivel etérico, ¿por qué pueden introducir físicamente las manos?

Porque la energía etérica se supedita a un proceso mental, de tal forma que el cirujano visualiza la penetración antes de hacerla físicamente; y es entonces cuando se crea el campo energético que permite el desplazamiento celular; ojo, he dicho “desplazamiento”, no corte o ruptura; por eso prácticamente no hay cicatrices posteriores.

En España viene ejerciendo esta práctica desde hace años uno de tales cirujanos filipinos. Me refiero a Alex Orbito. Es auténtico lo que hace? [4]

En un principio tuvimos la impresión de que podía serlo. Luego le seguimos un poco más de cerca y lo cierto es que sus resultados positivos no superan el diez por ciento.

Bien. Hablemos de la vejez. Sigo sorprendido de que viváis tantos años. ¿Podemos nosotros hacer algo para no envejecer tan rápidamente?

La causa principal del envejecimiento y deterioro del organismo está en la relación etérico–físico. ¿Por qué? Muy sencillo. El cuerpo etérico tiene su correspondiente código genético, que es el que organiza el código genético físico al ser fecundado el óvulo. Luego, con el paso del tiempo, las replicaciones del ADN – a partir de los 21 años – empiezan a perder información, generalmente por causas químicas producidas por mala alimentación, polución atmosférica, etc. A medida que va variando el código genético físico va teniendo menos relación con el código genético etérico, lo que se traduce en una pérdida constante de energía. Y, por otra parte, quedan partes del ADN físico sin energetizar por la diferencia armónica con el etérico. Esa pérdida de energía hace que el órgano esté menos vitalizado y más propenso a la enfermedad. Evidentemente, un proceso mental sano reacomoda parte del código genético, que intenta adaptarse al físico, pero eso sólo consigue retrasar el envejecimiento y morirte sano.

¿Y cómo hacéis vosotros para vivir tanto? ¿Se puede corregir voluntariamente esa desviación?

Técnicamente sería factible; pero, amigo mío, no has contado con las neuronas... que no se regeneran.

Insisto. Entonces, ¿cómo vivís vosotros tanto?

Por tres razones: la primera, por tener la suerte de vivir en un medio ambiente no agresivo ni física ni mentalmente hablando; la segunda, porque contamos con tecnología para reorganizar nuestro organismo hasta un punto que coincide, más o menos, con la edad de los 40 años vuestros; y tercero, porque la relación físico–mental y etérica no se ve alterada por procesos autodestructivos.

¿Y vosotros tampoco podéis regenerar vuestras neuronas?

No.

Una cosa más: ¿cómo afecta realmente el consumo de alcohol a las neuronas? ¿Las destruye?

Sí; y lo más importante: rompe muchas conexiones neuronales, lo que produce, entre otras cosas, pérdida de memoria.

Además del alcohol y de las drogas, ¿ataca a las neuronas algún otro producto?

Algunos medicamentos, sobre todo los analgésicos del tipo opiáceo. Y hablo, fundamentalmente, de los inhibidores del sistema nervioso central y del parasimpático. Normalmente todos los analgésicos producen bloqueos en la transmisión neuronal y eso causa la destrucción de algunos miles de neuronas, aunque no muchas. Ahora bien, la anestesia, sea local o general, así como los derivados del opio –morfina, codeína, etc.– son más peligrosos.

¿Puedo saber la razón?

Es sencillo: porque la anestesia rompe la coordinación nerviosa y psicológica entre los cuerpos mentales.

En los últimos años tiene lugar toda una batalla entre los defensores del uso de la melatonina –que no tienen reparo en definirla como un auténtico “elixir de la juventud”– y quienes recomiendan que no se consuma porque puede tener efectos secundarios –aún desconocidos – importantes.

Tomada con moderación, la melatonina es inocua porque se trata de una hormona que produce el propio organismo. Lo que puede ser peligroso es tomarla en exceso o si el organismo rechaza ese aumento, ya que podría alterar el sistema metabólico, en especial el endocrino. Rechazo que se manifiesta con síntomas como desarreglos del sueño, pérdida de apetito, irritabilidad, somnolencia y dispersión mental.

Pero, si no hay rechazo y se toma en la dosis adecuada, la melatonina regula los ritmos de vigilia y sueño, aumenta el sistema inmunológico del organismo –sobre todo los linfocitos-T, que actúan sobre los antígenos y las células cancerosas, si las hubiera –, produce una mejor regeneración celular, mejora la circulación sanguínea –con lo cual los tejidos rejuvenecen, en especial la piel y el cabello – y aumenta la potencia sexual.

¿Y cuál sería la dosis adecuada? Porque no hay acuerdo a ese respecto...

Lógicamente, depende de las personas, pero en general lo indicado sería entre un cuarto y medio miligramo diario, ingiriéndola alternativamente, es decir, tomándola y mes y descansando el siguiente.

Gracias. Pasemos a otra cosa: la mayor parte de los aparatos domésticos que todo el mundo tiene en sus casas utilizan la electricidad como fuente de energía. Los expertos nos advierten, cada vez con mayor firmeza, del peligro que la contaminación electromagnética supone para la salud. ¿Cómo podríamos utilizar la energía eléctrica sin que fuera perjudicial?

Sustituyendo las bobinas por semiconductores más sofisticados que los actuales; lo que pasa es que, en estos momentos, y al nivel tecnológico en el que estáis, son carísimos de producir.

¿Y es realmente peligroso para la salud vivir cerca de cables de alta tensión?

Evidentemente. Las torres y cables de alta tensión generan a su alrededor un gran campo electromagnético que afecta a los distintos cuerpos del ser humano, provocando numerosas enfermedades, entre ellas, y muy especialmente, desórdenes mentales y cáncer.

Hablando de cáncer... El doctor Hamer ha revolucionado en los últimos años el mundo de la salud con sus teorías sobre el origen emocional de muchas enfermedades, provocando una enorme reacción de la clase médica convencional en su contra. ¿Es cierto lo que preconiza? [5]

Sí, lo que postula es bastante correcto.

Bueno, me gustaría seguir hablando de cuestiones de salud, pero sé que tengo que delimitar el tiempo para abarcar un mayor contenido temático. Volvamos, pues, a cambiar de tercio. Me gustaría que me dijeras si con vuestros conocimientos y posibilidades sois capaces de vaticinar nuestro futuro.

No solemos vaticinar el futuro porque los humanos 4.3 sois muy impredecibles, por eso sólo en algunas ocasiones hemos dado datos ajenos al conocimiento de las personas que conforman el grupo. Me refiero a datos sobre el futuro, que nunca son adivinaciones, sino posibilidades con altos porcentajes de suceder en función de una apreciable cantidad de parámetros, sobre todo conductuales. Y ese es precisamente el problema: que por muchos parámetros que se manejen, un simple dolor de muelas puede hacer cambiar el curso de la historia.

¿El futuro no está escrito entonces? ¿Es una entelequia el viaje en el tiempo?

Lo que puedo decir es que nosotros no lo hemos logrado y eso que también tenemos nuestras teorías. Básicamente, entendemos que el futuro no está escrito. Sí hay proyecciones mentales sobre el futuro que, de alguna manera, impregnan las zonas mentales de acceso libre, de modo que lo que sólo es una especulación sobre el futuro, llega a convertirse casi en realidad por mor de la confluencia de pensamientos similares. Entonces tú podrías preguntar: ¿y los que vaticinan catástrofes y las aciertan? Pues te diré que las catástrofes, sean del tipo que sean, se producen por causas lógicas (fallos de motores, volcanes que hacen erupción, terremotos, etc.) que se sabe que van a suceder porque hay un proceso previo que las provoca. Y esos datos están en zonas mentales restringidas, como lo es, por ejemplo, el archivo akáshico, con el que personas sensitivas, por circunstancias ajenas a su consciente, logran sintonizar, si bien generalmente de forma muy incompleta.

¿Y cómo se explica entonces la visualización exacta de hechos concretos que aún no han sucedido y que acaban teniendo lugar? Porque existe constancia de esos casos...

Bien. Entramos en un proceso desgraciadamente especulativo. Las teorías que manejamos nosotros al respecto se refieren a una prospectiva muy desarrollada. El cerebro humano, por una parte, las energías mentales, por otra, y la posibilidad de que ese hecho esté registrado en algún archivo o lugar de la energía mental. Me explicaré. El cerebro humano está conectado a fuentes de información muy potentes, pero no está desarrollado suficientemente el “software” como para entender las claves de lo que está almacenado en ese gran superordenador que llamamos archivo akáshico. A medida que el hombre evoluciona, va adquiriendo más sabiduría en el uso de ese ordenador personal que es el cerebro. Es como si le fueran añadiendo tarjetas de expansión o, lo que es lo mismo, accediendo a zonas del cerebro no accesibles antes. Simplemente porque no se tenía la garantía del buen uso de la información. Pero la información está ahí.

Ahora bien: los hechos que acontecen y que son predichos son uno entre un millón, pero son los que salen a la luz, no el resto del millón de vaticinios que falla. ¿Están, no obstante, registrados en algún lugar, puesto que se adivinan? ¿Significa eso que el futuro está escrito, o mejor, que todo ha sucedido ya, como postulan algunas teorías? Nosotros tenemos un poco más de acceso que vosotros a la información, pero no por nada, simplemente es que hemos vivido más o hemos aprovechado mejor nuestro tiempo. Eso nos permite acceder a información prospectiva y especular sobre las preguntas antes realizadas. Y la respuesta es que no tenemos aún la evidencia de que el futuro no haya sucedido, peor nuestra lógica nos dice que no. Y la respuesta a vuestra pregunta sería que todo lo registrado es resultado de un análisis prospectivo de una sutileza impresionante. Por ejemplo, el caso de un atentado donde mueren dos personas en una determinada calle y a una determinada hora que es percibido una semana antes (en realidad el tiempo no se maneja a ciertos niveles más que hasta el momento anterior al hecho). Bien, la teoría dice que en puntos distantes se están generando las circunstancias que confluyen en el trágico momento y la prospectiva indica las líneas de convergencia con un error ínfimo, sólo atribuible al “dolor de muelas”. Por tanto, las personas que intervienen en el hecho se están dirigiendo a él dadas sus circunstancias personales.

Los resultados físicos también son analizados por prospectiva. Y tened en cuenta que los parámetros y variables que se manejan en prospectiva, digamos “akáshicas”, son de varios millones.

Esto que os he dicho corresponde de una manera muy somera a clases recibidas sobre la Ciencia del Yo. Nosotros estamos aún en el primer curso, como corresponde a nuestro nivel, y por tanto los accesos al archivo akáshico son restringidos. No obstante, nos gusta especular y ponernos a investigar aquello que, de alguna manera, nos pueda hacer avanzar en la asignatura; y, de paso, ayudamos a nuestros hermanos curiosos de la Tierra.

¿Y qué puedes decirme respecto de las profecías hechas por San Juan en el Apocalipsis? ¿Fue escrito, como algunos postulan, en estado alterado de conciencia? ¿Se trata de un libro “revelado”?

Es la parte más fiable de los evangelios porque fue una incursión mental del evangelista en los archivos akáshicos. Lo que pasa es que, dado su nivel de comprensión, está relatado según su propia visión, de acuerdo a lo que se conocía en ese momento.

¿Y qué base tiene su contenido?

Se trata de extrapolaciones de futuro relacionadas con el cambio de generación que se aproxima...

¿Siguen teniendo validez? Quiero decir si esas extrapolaciones hechas hace 2.000 años siguen teniendo vigencia...

Siguen vigentes, sí.

No quiero dejar de preguntar por el otro gran vidente de la historia: Nostradamus. ¿Cómo explicar sus visiones y, sobre todo, la forma de presentarlas? [6]

Nostradamus tuvo visiones inconexas debido a alteraciones de su mente, posiblemente debidas a tres factores: esquizofrenia, alcohol y drogas.

Me gustaría saber qué credibilidad tienen las profecías de San Malaquías sobre el papado y el futuro de la Iglesia [7].

San Malaquías fue un vidente auténtico que tuvo aciertos y algunos errores. He de aclarar, en cualquier caso, que en realidad él sólo tuvo la visión de unos cuantos papas, seis o siete; y su extrapolación fue posible porque se tomaba en función de un núcleo reducido de papables. Estamos hablando de Europa, de un colectivo muy reducido, de unas familias (prácticamente todas italianas) que estaban vinculadas a la Iglesia Católica. Eso, los procesos sociales de la época y las tendencias políticas y religiosas, conocidos, le permitieron extrapolar qué casas, situaciones o personajes históricos podrían determinar los lemas. Ahora bien, en el caso del resto de la lista de papas, hasta el actual, no hubo clarividencia: la información le fue transmitida.

Pero si el futuro no está escrito, ¿quién pudo transmitir esa información a San Malaquías?

Yo no sé quién le pudo pasar esa información, pero sí cómo la obtuvo... de quien fuera: mediante escritura automática.

Que, por razones obvias, le tuvo que haber transmitido alguien de superior evolución...

Evidentemente, la información la elaboró un ser superior; probablemente partió de la Confederación o, quizás, incluso de más arriba. Pero el comunicante final, quien se la transmitió a Malaquías, debió de ser alguien de nivel 4.5. Y no puedo decirte más.

En todo caso, el hecho de que en la lista aparecieran también los antipapas sí parece sugerir que hubo una extrapolación de futuro...

No existe proyección de futuro que no esté basada en la interrelación de parámetros. Es como si a un superordenador se le meten tres millones de variables de todo tipo y, mediante un programa que pueda ir relacionándolas en secuencia, pudiera determinar a varios años vista lo que se deriva de esos parámetros. Bueno, pues en el caso de los papas (tema importantísimo por su repercusión social) la cantidad de datos o parámetros manejados fue superior a los tres mil millones.

Bien, pues hablemos de nuestra época. Son muchos los investigadores que han llegado a la conclusión de que a Juan Pablo I le asesinaron. ¿Fue así?

Ciertamente. Pero tampoco puedo darte más datos. No puedo interferir. Lo siento.

Pues vaya... En fin, has dicho que los hombres tenemos la oportunidad de aprender a través de las sucesivas reencarnaciones: es de suponer también, en ese caso, que cuantas mayores responsabilidades se asuman en una vida, los errores cometidos en ella serán de índole mayor. Todo personaje, como por ejemplo el Papa, se enfrentará entonces al morir a un peso mayor...

Normalmente, aquel que decide ocupar un alto cargo, sobre todo si sus decisiones van a influir sobre buena parte de la humanidad, lo hace para modificar aspectos negativos de la estructura que va a dirigir. El problema estriba luego en si será capaz de superar las pruebas que se va a encontrar en el camino o, por el contrario, le influirán lo suficiente como para desvirtuar su objetivo. No olvides que los papas, por seguir con tu ejemplo, viven en un mundo muy mediatizado.

Por otra parte, los espíritus evolucionados, cuando se plantean su siguiente reencarnación estando en el mundo de los desencarnados, no piensan nunca en ocupar cargos de responsabilidad en la Tierra porque no quieren influir en el libre albedrío de nadie. Sin embargo, hay otros –mucho menos evolucionados – que suspiran por ser “importantes” y por dirigir a los hombres; y claro, aunque se planteen reformas estructurales, sus condicionantes mentales lo hacen luego inviable.

Juan Pablo II, por ejemplo, quiso ser un nuevo evangelista y que los jóvenes volvieran a las iglesias porque veía que, de lo contrario, peligraba el futuro de la institución. Evidentemente, sólo lo consiguió un poco ya que, sobre todo en Occidente, los jóvenes son hoy bastante liberales y poco proclives a seguir mandatos obsoletos. Así que Juan Pablo II se tuvo que enfrentar con una sociedad mucho más evolucionada intelectualmente de lo que el mensaje de la Iglesia Católica podía superar. Y hoy el agua que quiso mover se está estancando.

¿Y cómo asumen esas personas sus equivocaciones en el otro plano teniendo en cuenta que tienen mayor trascendencia?

Con una gran catarsis y una serie de reencarnaciones posteriores en las que deberá superar su falta de humildad.

Pues no termino de entender cómo se explica que sean los espíritus más evolucionados, como dices, quienes se nieguen a asumir responsabilidades, cuando precisamente se supone que están más capacitados... ¿Por qué no aceptan asumir, por ejemplo, un cargo de responsabilidad como el de Papa?

Porque tendrían que encarnar para destruir; y eso significaría interferir gravemente en la evolución –que siempre es individual, no lo olvides – de los fieles.

Eso dentro de la Iglesia... Pero, ¿y en cualquier otro caso? ¿No podría un espíritu evolucionado plantearse antes de encarnar, por ejemplo, intentar ser presidente de Estados Unidos?

Desde luego que no.

Me da la impresión de que pretendes insinuar que todos los dirigentes son seres poco evolucionados...

No lo insinúo, lo afirmo.

Vaya. ¿Y dónde está el límite? Porque, por ejemplo, yo dirijo la revista Mas Allá de la Ciencia... Luego si todas las personas que deciden acceder a un cargo de alguna responsabilidad son menos evolucionadas...

No, hombre. Estoy hablando de los que dirigen los destinos humanos, no una revista o una empresa.

Continuará……


[1] Profesor universitario alemán jubilado hace veinte años, Ernst Senkowsky comenzó a interesarse en el campo de la comunicación con personas desencarnadas, convirtiéndose en uno de los “padres” de la moderna “transcomunicación instrumental”, título precisamente de su principal obra en ese terreno, no traducida al alemán.

En cuanto al químico industrial Sinesio Darnell, uno de los pioneros españoles en la experimentación con psicofonías durante los años setenta, siguiendo la línea marcada por las investigaciones de Senkoswky sobre psicoimágenes, inició la aplicación de técnicas de procesamiento electrónico de imágenes a este misterio. Es autor, entre otras, de dos obras importantes en este campo: Voces sin rostro y Tiempo, espacio y parapsicología.

[2] Aunque esta experiencia es ampliamente conocida en los círculos más informados, no debo dejar de contarla para su comprensión por las personas menos versadas en estos temas. La historia, brevemente narrada, es la siguiente: hace unos años, el conocido psiquiatra norteamericano Raymond Moody se propuso resucitar el oráculo tradicional de los griegos, los templos para la incubación de sueños de Asclepios, es decir, los museion –lugares donde la gente, buscaba la inspiración de las Musas– y los psicomanteum –término que, literalmente, implica que los espíritus de los muertos se invocan como medio de adivinación al hacerles preguntas acerca del futuro o de conocimientos como medio de adivinación al hacerles preguntas acerca del futuro o de conocimientos ocultos–. Para ello creó lo que denominaría el “Teatro de la Mente” –bautizado así en honor al escritor John Dee– y situado en su propia casa, un pequeño molino rural rehabilitado por él en 1990 cerca de Choccolocco, en Alabama (EE.UU.). Escenario en el que se mezclan varios elementos: arte, música, juego, relajación, ejercicio físico, naturaleza, estados hipnagógicos, ilusiones perceptivas, humor... Es, según Moody, “un teatro, un templo, un salón de adivinadores, un retiro espiritual, una escuela, una biblioteca y una casa de diversión”. Encontrándose en él recreado el “Psicomanteum”, lugar habilitado con una exclusiva finalidad: obtener un estado alterado de conciencia que permita a la gente comunicarse con familiares o amigos fallecidos.

Ubicado en el segundo piso de la casa, la habitación o “cámara de las apariciones” –cuyas paredes y techos están completamente cubiertas con terciopelo negro– consta de un enorme espejo victoriano colgado en una pared junto al que hay una pequeña lámpara de cristales de colores con una luz muy tenue y un diván anatómico estratégicamente situado para que no se refleje la persona que se tumbe en él. De fondo, una suave música relajante complementa el panorama.

En la experiencia se pide a la persona que piense en el ser fallecido al que desea volver a ver y que lleve consigo varios objetos que le hubieran pertenecido. Luego, Moody da con él un relajado paseo por el campo, en el transcurso del cual le induce a hablar de los motivos por los que desea contactar con el difunto, la relación que mantenía con él y si son significativos los objetos que ha llevado. Finalmente, hacia el crepúsculo, le lleva la psicomanteum, donde procede a realizar una relajación de 45 minutos en el diván-cama, en el que se hallan incorporados varios altavoces diseñados para enviar la música al cuerpo a través de sus huesos, lo que por sí mismo ya induce a la relajación y, en muchos casos, le lleva a estados alterados de conciencia. Las luces, por supuesto, se encontrarán apagadas, quedando encendida sólo la tenue luz de la lámpara ya mencionada. Siendo entonces cuando la persona, como previamente se le habrá dicho, debe limitarse a mirar fija y profundamente al espejo, relajarse y esperar... No hay límite de tiempo.

Pues bien; al menos la mitad de las personas que han protagonizado la experiencia aseveran haber visto a amigos o familiares fallecidos –aunque no siempre aquellos a quienes querían ver–, siendo varios los que aseguran también haber mantenido conversaciones con ellos, desde unas pocas palabras hasta largos diálogos, en los que predominaba un claro sentimiento de amor y veracidad. Unos pocos –el propio Moody, por cierto, entre ellos– no dudan de que hasta abrazaron físicamente a los aparecidos. Decir, por último, que en otras ocasiones las apariciones tuvieron lugar una vez fuera del psicomanteum, cuando el interesado se encontraba ya en su propia casa.

Lo cierto, en cualquier caso, es que aunque el doctor Moody declararía en los inicios de esta experiencia que, a su juicio, lo vivido era –o parecía serlo– absolutamente real, en las distintas ocasiones en las que luego nos volvimos a ver no tuvo reparo en decirme que si bien es probable que la misma tuviera lugar en el campo de la mente y no en el plano físico, es tan vívida que resulta difícil notar la diferencia con lo que entendemos por “real”. Y, por supuesto, que ello no implica que la comunicación no se haya producido de verdad –aunque se desarrolle en otro plano–, es decir, que uno no se haya comunicado con ese ser fallecido. antes bien, Moody no duda de que es así. De ahí mi pregunta a Geenom.

[3] Pachita es el nombre con el que se conoció –hasta su muerte– a la curandera mexicana Bárbara Guerrero, nacida en el año 1900. Campesina analfabeta, esta mujer alcanzó la fama merced a sus intervenciones médicas, en las que operaba a pacientes desahuciados sin anestesia y con la única ayuda de sus manos o de oxidados cuchillos de cocina, sin que se presentaran infecciones y sin dolor para los operados. Bárbara Guerrero entraba en trance mediúmnico en el curso de las sesiones, llevadas a cabo ante numerosos testigos, entre los que figuraron varios científicos, entre ellos el prestigioso neurofisiólogo mexicano o Jacobo Grinberg-Zylberbaum, autor de un magnífico libro sobre tan sorprendente sanadora –Pachita (Ed. Heptada, 1990).

“Pachita” afirmaba que era el espíritu de Cuauhtémoc quien en realidad hacía las curaciones, utilizando su cuerpo para manifestarse. Murió en los años ochenta sin que nadie haya recogido el testigo de su impresionante quehacer médico, un verdadero enigma para la ciencia y el sentido común.

[4] Sanador filipino, Alex Orbito es, en la actualidad, uno de los cirujanos psíquicos más conocidos en el mundo. Saltó a la fama merced a los libros de la popular actriz norteamericana Shirley MacLane, paciente suya en los años setenta, lo que atrajo la atención de diversos personajes del espectáculo sobre él. Su modus operandi resulta enormemente espectacular, ya que utiliza las manos para penetrar la carne –sin hacer incisión previa–, extrayendo de ella la “negatividad” de la enfermedad, materializada en una especie de sustancia sanguinolenta. Ha sido entrevistado y filmado en numerosas ocasiones sin que, hasta el momento, nadie haya podido demostrar que se trata de un truco. Sus detractores afirman que es mera prestidigitación; por su parte, miles de pacientes en todo el mundo dan testimonio de curaciones milagrosas.

[5] El médico alemán Ryke Geerd Hamer es el creador de una controvertida corriente –atacada con saña por buena parte de la clase médica convencional– denominada “Nueva Medicina”, que a pesar de todo ha conseguido reclutar entre sus filas a numerosos facultativos. Refiriéndose al cáncer, por ejemplo, Hamer afirma que éste es causado siempre por un conflicto psicológico traumático o profundo y que, por tanto, se cura –en un 95% de los casos– a través de un “tratamiento emocional”. Incluso ha desarrollado un cuadro que le lleva a afirmar que cada conflicto psíquico se manifiesta mediante la aparición de cáncer en un órgano determinado. Así, asegura por ejemplo que el miedo irracional a la muerte provoca cáncer de pulmón, que el temor a que los hijos queden desprotegidos lo genera en el hígado o que la desvalorización personal lleva a tenerlo en los huesos.

Hamer se opone, consecuentemente, al tratamiento con quimioterapia y radioterapia e, incluso, a los analgésicos porque –dice– bloquean al cerebro, responsable a fin de cuentas de ordenar el repliegue de las células cancerosas. Además, induce a los pacientes a comer muy poco y sólo determinados alimentos, así como a buscar la quietud y la soledad. Hamer, que ha llegado a calificar a la medicina clásica como “la mayor asesina de la humanidad”, denunciaría que “hace varios lustros que los colegios de médicos y las universidades impiden que sean examinadas mis teorías”.

Hamer fue inhabilitado como médico en Alemania en 1986 y tiene varias causas judiciales pendientes en Austria por su supuesta responsabilidad en la muerte de decenas de enfermos, habiendo sido también denunciado en España. Sin embargo, la orden internacional de detención contra él fue levantada el 24 de Abril de 1996 por un tribunal de Wiener Neustadt (Austria).

En España, el Consejo General de Colegios de Médicos prohibió cautelarmente a sus colegiados la práctica de este método terapéutico, llegando a inhabilitar por esa causa a un colega.

Ni un solo tribunal en el mundo –hasta el momento de escribir estas líneas– ha condenado a Hamer.

[6] El auténtico nombre de Nostradamus era el de Michel de Nostredame. Nacido en Saint-Rémy (1503-1566), estudió Filosofía en Aviñón, pasando luego a Montpellier para hacer la carrera de Medicina, donde se haría famoso por su esfuerzo en la lucha contra la peste que asoló la ciudad, que abandonaría en 1532 para instalarse por un tiempo en Agen, donde llegó a formar parte del círculo de J.C. Scaliger. En 1546 participó de nuevo en la lucha contra la peste en Aix-en-Provece, instalándose en Salon en 1547, ciudad en la que moriría.

Sin embargo, su nombre se hizo realmente famoso a causa de unas profecías publicadas en 1555 y que le valieron ser llamado a la Corte al año siguiente para confeccionar los horóscopos de los hijos de los reyes. El propio Carlos IX le iría a visitar en 1564 para recabar su consejo.

Sus predicciones –su obra incluye también otros temas, especialmente médicos– forman una Opera Omnia que se compone de La Carta a César, La Epístola al muy invencible, muy Poderoso y muy Cristiano Enrique Segundo, rey de Francia, Las Centurias (doce en total, cada una de las cuales contiene cien cuartetas de versos, a excepción de la VII –que sólo consta de 42–, de la XI –que consta de 2– y de la XII –que consta de 11–. En total, 965 cuartetas, terminadas con una en latín. Escritas en un lenguaje críptico, no se atienen a una cronología precisa), Los Presagios (Colección de 141 cuartetas que llevan, cada una, el nombre de un mes del año) y Los Sextetos (que incluyen 58 estrofas de 6 versos).

El enfrentamiento entre los partidarios de sus supuestas dotes adivinatorias y sus detractores se mantiene aún en nuestros días.

[7] En 1595 un monje llamado Arnaldo de Wion publicó una obra –Lignum Vitae ornamentum et decus Ecclessiae– en la que comentaba la vida y obra de diversos mártires benedictinos, entre ellos la del prelado irlandés Malachy O´Morgair, más conocido como San Malaquías –nacido en Claraval en 1094 y muerto en Clairvaux en 1148– explicando que aunque, “al parecer”, había escrito “algunos opúsculos”, sólo conocía de él “una determinada profecía sobre los Soberanos Pontífices”. Y añadía: “Como este escrito es corto y, que yo sepa, todavía no hay sido impreso, lo reproduzco aquí para satisfacer el deseo de muchos”.

De esta manera el mundo tendría noticia de las que luego serían conocidas como “profecías de San Malaquías”, relación de ciento once lemas –en latín– correspondientes a otros tantos pontífices que, según él, faltaban por reinar en la Iglesia Católica antes del final.

Desde entonces, los exegetas encontrarían sorprendentes coincidencias entre los lemas asignados y cada pontífice sucesivamente elegido a lo largo de los siglos. Y así los lemas que definirían a los papas del siglo XX, en la interpretación de San Malaquías, habrían sido “Ignis Ardens” para Pio X, “Religio Depopulata” para Benedicto XV, “Fideles Intrépida” para Pio XI, “Pastor Angelicus” para Pio XII, “Pastor et Nauta” para Juan XXIII y “Flos Florum” para Pablo VI.

El problema, sin embargo, empieza a la hora de definir los lemas que corresponderían a Juan Pablo I y Juan Pablo II. Ya los exegetas, antes de saber quién sería el sucesor de Pablo VI, comentaban que el lema que le correspondía – el 109 de la lista–, “De Medietate Lunae”, podía hacer alusión a algo importante para la Iglesia, barajándose dos hipótesis: que la figura correspondiera a un antipapa –por cuanto otros antipapas tuvieron en su lema la palabra Luna– o que se tratara de un Pontífice legítimo cuyo reinado diera comienza a una época de escisión en el seno de la Iglesia.

Problema que tras Pablo VI se plantea en tanto no hay acuerdo sobre a quién corresponde el lema “De Medietate Lunae”, si a Juan Pablo I –sucesor en Roma de Pablo VI– o a Clemente Domínguez como antipapa, elegido con el nombre de Gregorio XVII en El Palmar de Troya. Los estudiosos e investigadores no se ponen de acuerdo, ya que mientras para unos Clemente Domínguez no se debe tener en cuenta, para otros su elección es válida desde el exclusivo punto de vista del derecho canónico. Porque tanto él como sus seguidores fueron ordenados legítimamente sacerdotes y algunos, posteriormente, obispos y cardenales.

La cuestión tiene su importancia, porque si Clemente no es considerado uno de los ciento once “papas” mencionados en lemas por San Malaquías, quedaría aún por elegir el pontífice al que correspondiese el lema 111, “De Gloria Olivae”. Pero si se le incluye, la profecía habría concluido. Profecía que termina con una frase en latín que dice así: “In psecutione. extrema S.R.E. sedebit. Petrus Romanus, qui pascet oves in multis tribulationibus: quibus transactis, civitas septicollis diruetur, et judex tremédus judicabit populum suum. Finis”

El problema es que tampoco sobre esta frase final los investigadores se ponen de acuerdo. Porque unos entienden que el lema Petrus Romanus no hace referencia a una persona, a un Papa denominado Pedro, sino que correspondería a una expresión que habría utilizado el santo irlandés para designar genéricamente a todos los papas que pueda hacer en el futuro de la Iglesia. Otros, sin embargo, entienden que el párrafo hace alusión a un pontífice que tomará el nombre de Pedro II –el Romano– y que sería el último de los pontífices, al final de cuyo reinado la figura del papado desaparecerá, se producirá la destrucción de Roma y, finalmente, llegará el juicio final.

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